Fecha:
lunes, 8 de julio de 2024
Lugar:
Real Jardín Botánico Alfonso XIII. Universidad Complutense de Madrid
Dudley Phillips: bajo eléctrico y contrabajo.
Robert
Brian: batería y percusión.
Brian Hughes: guitarras y bouzouki.
Caroline Lavelle: violonchelo.
Loreena McKennitt: vocales, piano, teclados, arpa y
acordeón.
Hugh Marsh: violín.
Colaboran:
Daniel Casares: guitarra flamenca
Ana Alcaide: nyckelharpa
Con 11 trabajos de estudio, desde el ya lejano Elemental del año 1985 hasta su recientemente publicado The Road Back Home de este mismo año, se presenta en las Noches del Botánico la muy laureada y mediática Loreena McKennitt, la gran dama de word music, la música celta y la new age.
Treinta
años desde la aparición de su emblemático The Mask
And Mirror, un disco que hablaba de España y de Marruecos, son motivo
suficiente para la celebración de este concierto en Madrid.
Dos
jornadas con aforo completo y, al menos en la correspondiente a la del día 8
dividida en 2 set con una duración de 1 hora con breve descanso por
medio.
Y
si, es cierto que The Mask And Mirror, es una de sus obras más
importantes, pero siempre con el permiso de To Drive The Cold Winter Away
de 1987, que es probamente su obra maestra por creatividad y turbadora sensibilidad y paradójicamente
también la más desapercibida y “desconocida”.
En cuanto al concierto comenzó con puntualidad matemática haciendo ver que la precisión y la perfección sería el claro camino a recorrer, todo detalle es importante y todo se cuida con esmero desde la mesa de sonido como desde la de luminotecnia. Luces y sonido fueron de la mano y el resultado fue excelente.
La
luz focal sobre la bella y rubia cabellera de Loreena
McKennitt no fua casual, si no premeditada, haciéndola brillar como una
estrella en la oscuridad.
En
cuando a las dotes instrumentales y vocales de Loreena McKennitt podemos
afirmar que sigue manteniendo ese glamur y esa sensibilidad tan
característica desde los inicios de su carrera y que dieron como resultado
pasajes de belleza hipnótica que la transformaron en la sirena que hoy sería
capaz de embrujar al Ulises de la Odisea de Homero.
Su
música se dirige tanto al corazón como a la mente, pero si tuviera que
decantarme lo haría por el primero y, eso es algo que la emparenta con artistas
de distinto pelaje artístico por
lirismo poético, como la vocalista Annie Haslam del grupo de rock sinfónico
progresivo Renaissance.
También
podríamos hablar de su conexión étnica y globalista con el multinstrumentista alemán Stephan
Micus por su afinidad musical planetaria, ambos no dudan en recoger tradiciones
de cualquier parte del globo terráqueo y hacerlas suyas con naturalidad.
En
cuanto a los músicos de la banda son elementos que se complementan encajando a
la perfección en la filosofía de su lideresa, el violinista Hugh Marsh es
elegante y posee una técnica afín y precisa, algo parecido podemos señalar de la aclamada por el
numeroso público de la chelista Caroline Lavelle; Brian Hughes se manejó al
detalle con soltura tanto al bouzouki como con las guitarras, Dudley
Phillips y Robert Brian son el encaje y el empaste que cierra el grupo.
En
cuanto a las colaboraciones, Ana Alcaide participó en tres piezas, en el primer
set, en las composiciones “Penelope's Song” y “Ages Past, Ages Hence” y en
el bis final “Tango To Evora” junto al guitarrista flamenco Daniel Casares; el
cual participó en “Spanish Guitars And Night Plazas” y en “Santiago”
demostrando su virtuosismo e influencias de Paco de Lucía.
“The
Two Trees”, “Prospero’s Speech”, “The Mystic's Dream” y “The Bonny Swans” fuero
momentos especialmente tiernos y delicados que dejaron un regusto exquisito para
disfrute y recuerdo de nuestra memoria.
Texto y Fotografías: © Enrique Farelo, 2024