lunes, 30 de abril de 2018

Nani García Trío: Cinematojazzía (Xingra, 2016) [CD]



Cinematojazzía se basa en la exploración de bandas sonoras para series de televisión, películas de animación o teatro. Compuesto por nueve temas interpretados fundamentalmente en clave de jazz y cuya autoría corresponde en su totalidad a Nani García.

Abre el disco “De profundis” una pieza para trío y cuarteto de cuerda y perteneciente a la película española de animación del año 2007 (Miguelanxo Prado) y que desde aquí recomiendo vivamente. Dicha pieza resume el sentir de la obra con un sonido delicado y bello donde el cuarteto de cuerdas tiene un rol preponderante, a excepción hecha de “Pratos combinados para trio”, que recuerda a Keith Jarrett Trío, y “Quen me dera na casiña”, pieza dinámica y eléctrica con la que cierra el disco.

Cinematojazzía posee una línea argumental coherente basada en la sensibilidad intimista que nos acerca a paisajes visuales e imaginativos que producen estados emocionales de paz y tranquilidad y que invitan a la reflexión serena. Casi podríamos hablar de un acercamiento al jazz naif de cámara o al jazz de la Third Stream (“Vals de Celavella” y “Preludio nº1 para cuarteto de cuerda e percusión”) e incluso al minimalismo y el tango en “Bosquexos sobre el niño de barro”.

© Enrique Farelo, 2017

Nani García Trío: Cinematojazzía


Músicos: Nani García (piano y samplers), Miguel Cabana (batería) y Simón García (contrabajo) más Eduardo Coma (violín), Lázaro Wilmam González (violín), Raymond Arteaga (viola) y Luis Enrique Caballero (cello).

Composiciones: “De profundis”, “Grande sole”, “Limpeza de sangue”, “Agoiro do mar ferido”, “Vals de Celavella”, “Pratos combinados para trio”, “Preludio nº1 para cuarteto de cuerda e percusión”, “Bosquexos sobre el niño de barro” y “Quen me dera na casiña”
Todas las composiciones de Nani García.

Grabado el 9 y 10 de mayo de 2015, el 27 y 28 de diciembre 2015 y el 2 y 3 de abril 2016 en estudios Bruar (A Coruña)

Publicado en 2016 por Xingra

Pete Oxley Y Nicolas Meier: The Colours Of Time (MGP Records 2016) [CD]


Diez piezas componen el primero de los CD de The Colours Of Time, dos guitarristas y multitud de guitarras acústicas, eléctricas, sintetizadas o con cuerdas de nailon que sirven de pretexto para alcanzar un fin bello en sí mismo a través de un recorrido colorista y ameno como pocos, no exento de virtuosismo y dominio total de multitud de estilos.

Composiciones cuidadas y elaboradas, juego de estados anímicos y texturas ricas en matices que hacen que te sientas bien y en paz contigo. Frescura e imaginación a partes iguales que busca lo novedoso y la sorpresa expresionista en un viaje por diversos lugares y paisajes vistos desde el vehículo del que sirven estos dos destacados músicos.

Pete Oxley y Nicolas Meier algo tienen que ver con Larry Coryell y Philip Catherine y su magnífico trabajo del año 1977, Twin House.

The colours of Time es más sereno y comedido y Twin House es más rápido y las escalas son vertiginosas, más en la línea del jazz manouche. Algo tienen que ver sí, pero para complementarse en una misma moneda en el cada dúo encuentra su cara y su cruz ambas de capital importancia.

Son elegantes “The Key of Klimt” y “Meeting Dewa”.

¡Qué bella serenidad en “A Piece of Peace”!

¡Cómo me recuerda a Django Reinhardt “Waltz for Dilek”!  En “In Restless Respose”  Pete Oxley se viste de Pat Metheny con su guitarra sintetizada para hacernos gozar, algo que vuelve a acontecer en “First Day of Spring” pero esta vez a la guitarra eléctrica y con Nicolas Meier interactuando con la guitarra acústica de 12 cuerdas que nos lleva a pensar en el New Chautauqua del guitarrista americano. “Song for Z.T.” me lleva a pensar  en el guitarrista británico Stephen Caudel por su sonido New Age y su música de paisajes pastoriles y campestres. Un placer sin duda.

El segundo de los discos cuenta con el concurso de Raph Mizraki al bajo eléctrico y el contrabajo y Paul Cavaciuti en la batería y la percusión.

Se abre con “The Followers” una pieza muy en la línea de Pat Metheny, continúa con una preciosa balada, “Looking West”, en la que se van alternando en los solos Pete Oxley y Nicolas Meier. “Chasing Kites” se desenvuelve entre la bossa nova y el jazz, destacando Paul Cavaciuti a la batería y los diálogos entre Pete Oxley y Nicolas Meier una vez más. “Riversides” es un guiño a la música turca con un solo de Nicolas Meier a la guitarra glissentar (guitarra de 11 cuerdas sin trastes y de cuerdas de nailon); “Tales” bordea la influencia mediterránea; en “The Purple Panther” nuevamente la alternancia de los dos guitarristas alcanza cuotas brillantes en una pieza de jazz swingueante, algo que volvemos a encontrar en “Fethiye Crossroads” si bien la influencia étnica está aquí más presente; en “Breeze” brilla con luz propia el bajo eléctrico de Raph Mizraki, la guitarra glissentar de Nicolas Meier en otro acercamiento a la música turca.

The colours of Time va más allá del jazz, es simplemente música.

¡Disfrútala!

© Enrique Farelo, 2017

Pete Oxley y Nicolas Meier: The colours of Time

Músicos: Pete Oxley y Nicolas Meier (Guitarras) en CD1 y CD2. Con Raph Mizraki (Bajo eléctrico y Contrabajo) y Paul Cavaciuti Batería y Percusión) en CD2

Composiciones:

CD1/Duo. “The Key of Klimt”(Pete Oxley), “Meeting Dewa”( Nicolas Meier) , “A Piece of Peace”( Pete Oxley), “Waltz for Dilek”(Nicolas Meier), “Princes’ Island”(Nicolas Meier), “In Restless Respose”( Pete Oxley), “Song for Z.T.”(Pete Oxley), “Sahara” (Nicolas Meier), “Bosphorus” (Nicolas Meier) y “First Day of Spring” (Pete Oxley).

CD2/Cuarteto. “The Followers” (Nicolas Meier), “Looking West”( Pete Oxley), “Chasing Kites”( Pete Oxley), “Riversides”( Nicolas Meier), “Tales”(Nicolas Meier), “The Purple Panther”(Pete Oxley), “Breeze”(Nicolas Meier) y “Fethiye Crossroads”(Nicolas Meier).

Grabado en mayo de 2016 en MGP estudios de Nicolas Meier el CD1.Cd 2 en julio de 2016 Blue Moon estudio (Oxforshire) de Mark Lee. Publicado en MGP Records 2016.

sábado, 28 de abril de 2018

Tándem: V Festival Complutense de Jazz "Complujazz" 2008


Fecha: 07 de julio de 2008.
Lugar: Jardín Botánico de la UCM (Madrid).
Componentes:
 Lorenzo Solano: saxo tenor, soprano y flauta.
Cheryl Walters: trombón
Andrés Olaegui: guitarra.
Jesús Pardo: teclados.
Isabela de Aranzadi: piano.
Luis Abela: batería.
Jorge Lafuente: contrabajo.
Carlos Mankuzo: percusión.
Artista invitado:
Grupo de baile Mamadou

 
                             Grupo de baile: Mamadou.

Comentario:
La clausura del V Complujazz vino de la mano del grupo madrileño de fusión étnica Tándem, cuya puesta en escena giró en torno al mundo africano, la tribu guineano-ecuatorial Esatop con su lengua fang y la inclusión del grupo de danza Mamadou.

                                                     Tándem. 

Su música es descriptiva, colorista e imaginativa, contando con buenos arreglos tratados con gusto y sencillez que llegan al oyente (avezado o no) con suavidad, facilidad y elegancia, obteniendo un sonido atractivo y sereno. La claridad de ideas les viene, sin duda, por su amor a la música, por tirar en la misma dirección y por la buena amistad y cariño que se profesan entre todos, prueba de ello son los muchos años que llevan tocando juntos y ocupando un lugar en la escena madrileña que sin ellos estaría vacante.

                                              Isabela de Aranzadi 

Con un único trabajo grabado, Ongoro (lagartija en lengua fang), se pusieron en marcha, si bien no fue precisamente con un tema de dicho álbum, sino más bien con una composición de otro que se encuentra en plena gestación, “Estela Funk”, pieza que describe y sugiere cadencias del lento caminar de las caravanas en el desierto encontrando su oasis en los solos de Lorenzo Solano, Cheryl Walters e Isabela de Aranzadi.

                                                 Jesús Pardo 

“Lila”,”De mimbre” y una renovada y africanizada “Ongoro” provenían de su primer disco. El resto fueron temas nuevos, “De Lejos”, “Etugu” (tortuga en lengua fang), “Mokuru Mandyim” (batiendo el agua, de nuevo en lengua fang) y la ya comentada “Estela Funk”, además de “Bolowe”, un tema compuesto por Andrés Olaegui especialmente diseñado para completar los directos y que posiblemente no sea incluido en disco alguno.

                                                          Jorge Lafuente

                        Luis Abela 

Precisamente “Mokuru Mandyim” y “Bolowe” destacaron por la colorista participación del grupo de danza Mamadou que amenizó y animó con sus movimientos ágiles, acrobáticos y tribales a todo el público, que terminó bailando al ritmo por ellos marcado en un final de fiesta africana espectacular.

                                             Carlos Mankuzo

 El reconocimiento de Tándem viene dado por su honestidad, por su sinceridad, por su labor de superación, por sonar más compactos y maduros, por intentar ser como Santana, Weather Report u Osibisa. Por la belleza de la flauta, el contrabajo y el piano en “Lila”, por las voces y la frescura selvática de“Ongoro”, por el contrabajo con arco de Jorge Lafuente, las atmósferas del sintetizador del Jesús Pardo y la guitarra gruñona y rockera de Andrés Olaegui en “Etugu”, por las composiciones de Isabela de Aranzadi y por la fusión de culturas y nacionalidades de sus miembros.

Texto © 2008  Enrique Farelo
  Fotos © 2008 Sergio Cabanillas     
        

Lluis Vidal: entrevista por Enrique Farelo 2004

Lluis Vidal nace en Barcelona, donde cursa sus estudios musicales en el Conservatorio Superior Municipal de Música. Fundador de la Orquestra de cambra del Teatre Lliure (1985) y de grupos como Catalònia, Onix o Ictus, ha actuado en importantes festivales por toda Europa, América y Asia. En su currículum aparecen los nombres de Wynton Marsalis, John Abercrombie y Kenny Wheeler, entre otros. Entre sus últimos proyectos destaca su trabajo “Secret Omnium” junto al violinista Mark Feldman.

Enrique Farelo nos ofrece la transcripción de la entrevista mantenida con Vidal para su programa de radio “Alquimia” en Radio Rivas (Madrid) en marzo de 2004.

                                                      Lluís Vidal

Enrique Farelo: ¿Cómo te iniciaste en la música? Y, ¿por qué elegiste el piano?

Lluis Vidal: Mi padre era músico y tenía claro que tenía que estudiar música y que debía hacerlo desde muy temprana edad.  Así  a los 8 años me matriculó en el conservatorio superior de Barcelona. Además que el piano era un instrumento muy  necesario como base si quería posteriormente elegir cualquier otro. Fue una decisión familiar de la que me fui sintiendo muy a gusto y de esta manera comenzó la historia.

E. F.¿Crees que eres un músico suficientemente conocido para la categoría que atesoras?.

LL.V.: Me considero bien pagado por decirlo de alguna manera. Hace muchos años que estoy en esto de la música y no me quejo en absoluto…… ¡hombre siempre esperas mayor reconocimiento, pero no a nivel personal sino del jazz! La verdad es que los que nos dedicamos a estas músicas pasamos desapercibidos en general.

                                               Secret Omnium

 E.F.: Existe la suficiente promoción para músicos como tú de dilatada y prestigiosa carrera que además has tocado al lado de David Liebman o ahora con Mark  Feldman?

LL.V.: Los medios  de comunicación se hacen poco eco de los músicos de aquí, es un mal general. Las cosas de fuera son más valoradas que las que tenemos en casa. La prueba son los festivales internacionales a los que es difícil acceder a en España. En el país vecino, en Francia, no ocurre así. La participación de los músicos nacionales o locales es muy grande al igual que de los internacionales. La idiosincrasia española hace que nos veamos en esta situación.

E.F.: Un músico  con 15 trabajos publicados a tú nombre y, que incluso no es muy conocido para los aficionados al jazz, (como es mi caso, que si no llega a ser por “satchmo jazz records” ó “fsnt” nunca te hubiéramos conocido) ¿No te parece injusto e incluso sangrante?

LL.V.: Bueno es cierto, pero así están las cosas, aunque yo no tengo una actividad jazzística tan importante ya que me dedico a componer, arreglar y además he estado 18 años como pianista de la orquesta Cambra Teatre Lliure, tocando música contemporánea, es decir abarcando muchas facetas. Si me dedicara solamente al jazz intentaría darme a conocer con mayor esfuerzo. Estoy donde tengo que estar no le pido “peras al olmo”. Estoy contento hasta ahora con mi trayectoria y he tenido muchas compensaciones.

E.F.: ¿Cómo surge la idea de trabajar al lado de Mark Feldman en España y grabar para satchmo?

LL.V.: Vi a Mark hace un par de años en un festival anual que organiza la escuela de jazz de Donosti. A su vez me propusieron una obra alrededor de la figura del pintor Veermer (hoy en día muy de moda por películas como “La chica de la perla”), cuando no se hablaba nada de él ni de su obra. Para dicha obra me ofrecieron una serie de músicos y entre ellos estaba Mark Feldman, Iam Ballami etc…. Esta fue la forma por la cual  le conocí, surgiendo a partir de este momento una buena sintonía humana y musical. Posteriormente tuve la oportunidad de realizar un concierto en el festival de jazz de Tarrasa y aprovechando la venida de Mark grabamos el disco para Satchmo.

                              Mark Feldman y Lluís Vidal


E.F.: ¿Elegiste a Mark Feldman por el instrumento o por lo que significa este músico?

LL.V.: Un poco las dos cosas. Yo ya le conocía por sus trabajos con Dave Douglas y supuso una alegría contar con él ya que no sabíamos si estaría disponible de fechas, si sería asequible o no. La verdad es que supuso una experiencia magnífica, es un musicazo y una persona encantadora que todo lo hace fácil. Una delicia.

E.F.: ¿En cuántas sesiones se ha grabado Secret Omnium? ¿En cuántos días?

LL.V.: Empleamos dos días de grabación más un día que hicimos un ensayo, veníamos con cierto rodaje ya que teníamos previsto lo del festival de Tarrasa e hicimos una Master-Class en la ESMUC (escuela superior de música de Cataluña). La práctica habitual en discos de jazz. Se suelen emplear de dos a tres sesiones como máximo.

E.F.: ¿Es “Secret Omnium” tu trabajo más relevante?

LL.V.: No sé, es difícil tener perspectiva, pero en principio estoy muy contento, la verdad. Igual el más relevante no, porque tengo también muy buen recuerdo  del que grabé con Dave Liebman , aunque es de los discos que estoy más satisfecho.

                                             Lluís Vidal y Dave Liebman

 E.F.¿Qué tiempo empleas en ensayar al piano?

LL.V.: Depende de los proyectos y de la necesidad de las obras. Cuando estoy en la disciplina de pianista, entre 4 o 5 horas diarias. Esto no quiere decir que sea continuada, sino que voy alternando con periodos en los que dedico más a componer u otras actividades; sobre todo cuando tengo que preparar un concierto de especial dificultad.

E.F.: .¿Tienes algún tipo de ritual a la hora de componer?

LL.V.: En principio no. Suelo componer al piano o con el ordenador. El tema es trabajar muchas horas para que de todo lo que inviertas surja algo, como se suele decir : ¡Que la inspiración te coja trabajando! De todas maneras igual me apetece más por la tarde que por la mañana. No obstante cuando tienes un proyecto tienes que emplear todas las horas disponibles.

E.F.: ¿Ser músico es duro pero gratificante?

LL.V.: Sí, es duro, sobre todo cuando vas acumulando experiencias y sigue costando mucho. Todos los proyectos los tienes que trabajar e insistir y el público a veces no es especialmente receptivo, sobre todo con producciones del país. Pero por otro lado para eso estamos ahí porque es muy gratificante; y la sensación que me produce la música no me la hace sentir muchas cosas en esta vida.

E.F.: ¿Qué músicas consideras han influido en tú obra?

LL.V.: Al tener estudios clásicos en cuanto al piano, armonía y contrapunto, hace que tenga mucha información de la música clásica. Entonces es inevitable que surjan aspectos de este tipo de expresión. También de la fusión con músicas de jazz de la segunda mitad del siglo XX en adelante. En cuanto a los pianistas citaría a Bill Evans, Keith Jarrett…  realmente me resulta difícil porque siempre he tenido las orejas muy despejadas para poder coger cosas de unos y de otros.

E.F.: Has colaborado con diversas orquestas sinfónicas y, has formado parte de la Orquestra de cambra del Teatre Lliure. ¿Cómo te ha servido esta experiencia como músico de jazz?

LL.V.: Efectivamente para mí ha sido muy importante trabajar con C.T. LLiure. Allí tuve acceso a obras contemporáneas de compositores fundamentales en la evolución de la música. Todas las músicas revierten en una sola que es hacer Música. A más información y recursos más apertura de caminos.

E.F.: ¿Qué música escuchas en tu tiempo libre?

LL.V.: Depende de la época. Las hay en las que me intereso por un estilo, corriente o un compositor. Es difícil decirte qué músicas escucho habitualmente. Por otra parte cuando estoy componiendo no tengo la predisposición ni la cabeza para escuchar.  Sólo estoy centrado en una búsqueda interior y no en estímulos exteriores. Necesito estar limpio, despejado,  para intentar sacar lo máximo.

E.F.: ¿Cuál es la opinión de los músicos clásicos con respecto al jazz?

LL.V.: Los buenos músicos con espíritu libre que han escogido interpretar los clásicos también han sido influenciados por el jazz, como en el caso de Ravel, Stravinski… y, sobre todo, en las nuevas generaciones.

E.F.: ¿Crees que  el jazz tiene el reconocimiento que merece o por el contrario crees que es considerado un arte menor?

LL.V.: Quiero pensar que no. Ha habido en la historia del jazz grandes intérpretes que han puesto esta música a un gran nivel de interés para el melómano. Es cierto que sigue siendo una música minoritaria, que no llega al gran público, pero esto es muy discutible dado que si los grandes medio apostaran por ésta, en vez de otra, ya veríamos. Es cuestión  de una buena educación musical, con ella el nivel subiría y la gente se interesaría más por el jazz.

E.F.: . ¿Es una cuestión de los grandes medios, insisto?

LL.V.: Es una música que requiere un mayor esfuerzo por parte del oyente. Pienso que sí.

E.F.: ¿Cómo ves el momento actual del jazz y, el futuro?

LL.V.: Es un momento un poco gris, no es un buen momento creativamente. La brillantez está más en la interpretación que en la creatividad. Hay buenos intérpretes capaces de tocar cualquier estilo de jazz, pero en cuanto a la creación es un periodo de transición. Quizás más adelante encontremos movimientos más creativos, ya que los mismos son cíclicos, y  grandes músicos hagan evolucionar el jazz.

E.F.: ¿Cómo ves el panorama actual del jazz a nivel nacional e internacional?

LL.V.: Las cosas son más iguales en todo el mundo hoy día, existe mayor igualdad entre músicos americanos, franceses o españoles. Cada vez hay menos desigualdades entre los músicos, sufrimos la misma suerte que en Nueva York. La diferencia radica en el número; nosotros somos 300 y ellos 3000.

E.F.: ¿Cómo vive tu pareja el mundo de la música y, lo que esta implica en cuanto a viajes, conciertos…..?

LL.V.: Mi mujer es músico también entonces el fenómeno musical lo entiende perfectamente. Hace muchos años que estamos juntos, nos conocimos en el conservatorio. En cuanto a los viajes es incluso beneficioso, al estar días fuera de casa tanto para el que se queda como para el que se va; refresca un poco la cosa, siempre que no sean periodos muy largos.

E.F.: ¿Con que músicos  te hubiese gustado tocar?

LL.V.: Hay muchísimos, se me hace difícil decirte ahora quién y quién no. Admiro a muchos.

E.F.: ¿Qué proyectos tienes cara al futuro?

LL.V.: Hace pocos días hice un concierto a piano solo que es una de las múltiples facetas que llevo entre manos y que no prodigo excesivamente, pero con la que disfruto mucho. Disco con Carme Canela para FSNT a dúo para finales de Marzo.  También tengo un proyecto con un grupo de metales (Spanish Brass Luur Metals); es un encargo para una obra que se llamará Brassiana para quinteto de metales. Igualmente un disco para trío solista con la orquesta de Cámara Andrés Segovia (en Madrid). Todos estos proyectos tienen vida propia en concierto.

© Enrique Farelo, Tomajazz 2004

Christian Scott Sextet (Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez – Sala Guirau, Madrid.) [Concierto]


Festival Internacional de Jazz de Madrid

Fecha: 25 de noviembre de 2016
Lugar: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Madrid)
Grupo:
Christian Scott Sextet
Christian Scott (Trompeta y Reverse Flugel)
Logan Richardson (saxofón alto)
Lawrence Fields (Piano y Fender Rhodes)
Max Mucha (Contrabajo)
Corey Fonville (Batería)
Elena Pinderhughes (flauta travesera)

                                               Christian-Scott-sexteto

Comentario: El trompetista de New Orleans Christian Scott hace honor a una saga de trompetistas de enorme historia y categoría iniciada con Joe King Oliver y Louis Armstrong, y continuada por Freddie Hubbard, Dizzy Gillespie, Roy Eldridge y Miles Davis.

Christian Scott abrió la gira por nuestro país en el Festival Internacional de Jazz de Madrid, para continuar con el festival de jazz de Cartagena el 26 de noviembre y el cerrar el 27 en Barcelona.

 
                                               Christian-Scott

En cuanto al que nos ocupa diré que no le faltó de nada, gustó (y mucho), haciendo disfrutar al público que abarrotó la Sala Guirau; más bien le sobraron diez minutos de presentación de cada uno de los componentes de la banda incluido algún que otro chascarrillo en referencia a las zapatillas deportivas de llamativo color rojo del saxofonista Logan Richardson.

Christian Scott no necesita demostrar nada, su mera presencia en el escenario sirve de indicativo para ver que estamos ante un músico mediático y exitoso, ante un divo que arrastra furor con su aspecto de rapero o deportista de élite.

 
                                         Logan-Richardson

Christian Scott y su banda destilaron una corriente de vatios ya desde el inicio, con solos enérgicos de Logan Richardson y su saxo alto o él mismo con su trompeta de diseño haciendo volar la imaginación de quienes le escuchaban. Sonido potente y reverberante de inmaculada técnica que dio lugar a intervenciones imaginativas del Fender Rhodes de Lawrence Fields, sobre todo sin acompañamiento y en la composición “West of the West” de marcado carácter progresivo Canterbury.

                                       Lawrence-Fields-Elena-Pinderhughes

Este sexteto tiene las ideas claras y avanza a velocidades siderales con pegada y contundencia a ritmo de funk, rock o drums &bass en ocasiones, en otras es el trío de Lawrence Fields, Max Mucha y Corey Fonville a hard-bop tendido, sin desmayo ni descanso.

En no pocas ocasiones la estructuración de las composiciones se basó en una sincronización de Christian Scott, Logan Richardson y Elena Pinderhughes para dar paso al cuarteto con flauta travesera o con saxofón alto o trompeta o a trío de hard-bop como ya señalé.

 
                                          Max-Mucha

Brillantes solos de todos los componentes a excepción del contrabajista Max Mucha y ni falta que hizo. Su lugar en el combo no necesitaba de ello para mostrar que era el complemento ideal para hacer funcionar una máquina de jazz engrasada a la perfección.

Del batería Corey Fonville basta decir que sus intervenciones fueron soberbias volando sobre platos y platillos a velocidades cósmicas con la precisión y la contundencia necesaria para un grupo como el que nos ocupa.

 
                                                Corey-Fonville

Elena Pinderhughes a la flauta travesera puso dulzura e intervenciones comedidas sobre todo a cuarteto.

Logan Richardson mil notas al saxo alto duro y Christian Scott un “elefante enfurecido” para que ambos rompieran el cielo a cañonazos.

                                               Christian-Scott


Christian Scott practica un poco de todo el jazz de hoy día mezclándolo con su particular visión caleidoscópica donde tiene cabida la tradición y la modernidad. El futuro está en sus manos y en su trompeta, de él depende no quedarse en un músico emergente y dar un paso adelante para recoger el testigo de quienes le precedieron y ser el alquimista del siglo XXI.

Fotografías y Texto: © Enrique Farelo 2016


martes, 24 de abril de 2018

Scofield – Mehldau – Guiliana (Noches del Botánico, Madrid. 2016-07-15) [Concierto]


Fecha: 15 de julio de 2016.
Lugar: Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Universidad Complutense de Madrid (Madrid).
Componentes:
Scofield – Mehldau – Guiliana
John Scofield: guitarra eléctrica y guitarra bajo
Brad Mehldau: piano y teclados
Mark Giuliana: Batería y percusión eléctrica.

                         Brad Mehldau / John Scofield / Mark Guiliana
                                    © Sergio Cabanillas, 2016

Comentario: El presente trío se presenta en Madrid con un bagaje corto en el tiempo, apenas un mes desde que comenzaron a actuar en el Blue Note neoyorquino.

Dicho proyecto posiblemente tenga sus orígenes en el dúo formado por Brad Mehldau y Mark Giuliana denominado Mehliana y cuyo resultado fue el disco Taming the Dragon (Nonesuch 2014).

La inclusión del experimentado guitarrista de Ohio, John Scofield tendría la intención de enriquecer aún más si cabe el sonido del primigenio dúo.

                                Brad Mehldau
                                                 © Sergio Cabanillas, 2016

Las primeras notas del Fender Rhodes de Brad Mehldau supuso una clara declaración de intenciones de por dónde iba a transitar el concierto; es más, dichos sonidos me recordaron de forma inmediata a la banda progresiva Supertramp y su afamada composición “Dreamer”.

La propuesta en sí misma me sorprendió por inesperada y electrónica. El piano apenas tuvo protagonismo y sí los teclados como el señalado Fender Rhodes o los sintetizadores.

La música se convirtió en un cajón de sastre donde cabía esperar cualquier sonido por sorprendente que pareciera y tomando como referencia de inicio los años 70 del pasado siglo. De esta forma fueron desfilando funk, drum &bass, rock progresivo Canterbury, Rhythm and blues, Reggae o texturas ambient muy del agrado del Nu jazz y de sellos como Jazzland Records donde cabría pensar en pianistas como Bugge Wesseltoft o en el experimental Bedrock (Winter & Winter 2001) de Uri Cane.

                                         John Scofield
                                                 © Sergio Cabanillas, 2016

Dicho lo cual, el concierto se transformó en un caleidoscopio de mil colores por momentos de fácil digestión que rozó el smooth jazz y por otros de mayor peso específico que incluso se acercó a los primigenios Weather Report con atmósferas oscuras producidas por el sintetizador de Brad Mehldau.

Scofield, Mehldau y Guiliana hicieron un ejercicio de eclecticismo y sonidos arquetipos experimentales y eléctricos que hubiera sido incapaz de relacionar con ellos si no lo hubiera visto con mis propios ojos.

                               Mark Guiliana
                                             © Sergio Cabanillas, 2016

 A Scofield, Mehldau y Guiliana les faltó cohesión como grupo, algo de definición, algo de intensidad, de frescura, algo de gracia y salirse del guión establecido a través de las improvisaciones. Lo ofrecido resultó ser irregular y un poco soso, lo que no quiere decir ni mucho menos que no alcanzaran momentos de verdadera brillantez, como cuando John Scofield tomó su guitarra sin acompañamiento y nos deleitó con unos sonidos limpios y cristalinos que interactuaron con el piano de Brad Mehldau y la batería de Mark Giuliana en una balada muy propia de una banda sonora de una película imaginaria o cuando destilaron jazz-rock de la mejor catadura en el bis final que además incluyó un destacado solo de batería de Mark Giuliana tan sutil como contundente.

Texto: © Enrique Farelo, 2016
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2016


Antonio Sánchez And Migration (Noches del Botánico, Madrid. 2016-07-15) [Concierto]


Fecha: 15 de julio de 2016
Lugar: Real Jardín Botánico Alfonso XIII. Universidad Complutense de Madrid (Madrid).
Componentes:
Antonio Sánchez And Migration
Antonio Sánchez: batería
Seamus Blake: saxo tenor, EWI
John Escreet: piano, Fender Rhodes
Matt Brewer: contrabajo y bajo eléctrico
Thana Alexa: voz.

                     Antonio Sánchez & Migration
                                                             © Sergio Cabanillas, 2016

Comentario: The Meridian Suite es el último trabajo de Antonio Sánchez y sus Migration, los cuales vinieron a Madrid para presentarlo en este bonito escenario que es el Real Jardín Botánico Complutense.

                     Antonio Sánchez 
                                               © Sergio Cabanillas, 2016

 El propio Antonio Sánchez se lo ofrece al numeroso público congregado y aconseja a quienes no habían tomado todavía asiento, tras el anterior concierto, que lo hagan porque se van a divertir.

Y comienza el espectáculo con toda la fuerza, la garra y la intensidad de la que son capaces y lo hacen de forma cohesionada y vertiginosa enganchando a los aficionados que perciben la pasión, la autenticidad y el disfrute en el que creen.

Cinco composiciones conforman esta obra conceptual que se interpreta de principio a fin y sin apenas cortes, pero con la recomendación de Antonio Sánchez de poder interrumpir con aplausos y vítores las veces que crean conveniente.

“Grids and Patterns”, “Imaginary Lines”, “Channels of Energy”, “Magnetic Currents” y “Pathways of the Mind” son recorridas con soltura y virtuosismo, con arreglos brillantes y oportunos y estructuradas sólidamente tratadas.

Los músicos que forman el grupo encajan a la perfección y son los idóneos para los desarrollos musicales propuestos, los cambios constantes de ritmo y sonido se enriquecen de manera imaginativa y colorista con cada intervención tanto individual como colectiva.

                               John Escreet 
                                                 © Sergio Cabanillas, 2016

Como es el caso de John Escreet, pianista que martillea con fuerza y claridad metálica, tan rompedor y energético como veloz y con capacidad para hacer saltar las teclas por los aires; no le va a la zaga Seamus Blake, cuyo saxo tenor de sonido anacarado y seco incendia con pasión sus numerosas escalas y arpegios e interactúa en perfecta comunión con la vocalista Thana Alexa.

                                         Thana Alexa 
                                              © Sergio Cabanillas, 2016

 Y ésta con su voz cálida, potente y penetrante improvisa con soltura creando atmósferas sugerentes de gran belleza plástica valiéndose de técnicas que convierten su voz en un instrumento más. Muy en la onda de otras grandes vocalistas como Norma Winstone, Flora Purim, María Pía De Vito o incluso Amanda Parsons de la banda Canterbury National Health.

                                              Seamus Blake
                                                 © Sergio Cabanillas, 2016

Destacable una vez más la improvisación de Seamus Blake al saxo sin acompañamiento, en otra delicatessen más que añadir a la noche. Fino, elegante, preciso y cálido.

                                           Matt Brewer
                                                   © Sergio Cabanillas, 2016

Impactantes las conversaciones a tres entre el saxo Seamus Blake, el contrabajo de Matt Brewer y el Fender Rhodes de John Escreet al que asiste Antonio Sánchez como maestro de ceremonias, como metrónomo que dirige la orquestación de un grupo granítico por definición.

El grupo suena como lo harían en la actualidad grupos como National Health, Hatfield and the North, Caravan, Camel o Gong. Menos cerebrales que los dos primeros pero igualmente inteligentes y con mayor pegada. Sin duda su música transmite emociones con sentido y sentimiento de acordes y acuerdos formando un sólido bloque indisoluble e impenetrable tan rompedora, y de una manera creativamente fresca que es capaz de crear atmósferas lisérgicas y paisajes desolados e inhóspitos en contraposición a los ambientes caóticos y disonantes.

¡Qué gozada!

Texto: © Enrique Farelo, 2016
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2016

John McLaughlin & The 4th Dimension (Noches del Botánico, Madrid. 2016-07-19) [Concierto]


Fecha: 19 de julio de 2016
Lugar: Real Jardín Botánico Alfonso XIII. Universidad Complutense de Madrid (Madrid).
Componentes:
John McLaughlin & The 4th Dimension
John McLaughlin, guitarra eléctrica, voz
Etienne Mbappe: bajo eléctrico, voz
Gary Husband: teclados, batería y voz
Ranjit Barot: batería, percusión y voz

              John McLaughlin & The 4th Dimension
                                                                  © Sergio Cabanillas, 2016

 Comentario: Bajo el palio de la luna llena John Mclaughlin y sus The 4th Dimension salen al escenario y tras una breve presentación de cada uno de los componentes especificando su nacionalidad, (el camerunés Etienne Mbappé, el indio Ranjit Barot y el inglés Gary Husband, además del propio John Mclaughlin, igualmente británico) la banda comienza con esa técnica vocal del sur de la India denominada Konnakol, que consiste en la interpretación de sílabas bajo un enfoque percusivo, donde cada una de ellas representa el sonido de un determinado tambor.

Dicha técnica ha sido muy empleada en los diferentes proyectos de John Mclaughlin como en Shakti, que estuvieron activos desde 1975 hasta el 2001, y que combinaba elementos de la música de la india con el jazz.

 
                               John McLaughlin 
                                                         © Sergio Cabanillas, 2016

 La imagen que trasmite John Mclaughlin es vigorosa y juvenil como si los años no le hubieran hecho mella, como si albergara un sol interior desde el cual emanara su energía. Energía que mostró en el escenario a lo largo de todo el concierto con escalas imposibles, que a veces hicieron sus manos invisibles.

The 4th Dimension es una formación sólida que se mueve con facilidad a través de los  caminos sinuosos y arquetípicos del jazz-rock y la fusión preferentemente hindú con pinceladas de flamenco como en el caso del tema dedicado a Paco de Lucía “El hombre que sabía” incluido en su álbum Black Light de 2015.

                           Gary Husband
                                                 © Sergio Cabanillas, 2016

“Gaza City”, también de Black Light fue uno de los pasajes más bellos de la noche, una balada influenciada por el sonido de Santana con precisos punteos de la guitarra de John Mclaughlin y elegantes cadencias de la sección rítmica en las que el apoyo coral es reemplazado por el piano eléctrico de Gary Husband que suena acústico.

Otra composición homenaje fue “Abbaji” (For Alla Rakha) perteneciente álbum Floating Point de 2008 y dedicada al fallecido instrumentista de tabla indio Alla Rakha. Interpretada con profundo sentimiento y exquisita técnica por parte de John McLaughlin.

                                  Etienne Mbappé
                                                           © Sergio Cabanillas, 2016

En “Little Miss Valley”, pieza perteneciente a su disco The Boston Record de 2014, el público enardeció de júbilo con el bajista Etienne Mbappe y su técnica del slap para desarrollar un poderoso funk al que el groove del resto del grupo no le fue a la zaga. Y es que el bajista de los guantes negros sabe ser sobrio y efectivo cuando el grupo lo precisa y brillante solista cuando la ocasión lo demanda apoyado en su depurada técnica de similar sonido a Jaco Pastorius.

También tuvo su momento de gloria Ranjit Barot en “Riff Raff” (Now Here This 2012) con solo de batería y vocales hindúes realmente impactante y agotador que recibió el reconocimiento del público.

Otro de los momentos álgidos fue el sereno dialogo mantenido entre John Mclaughlin y Gary Husband en “Señor C.S.”(The Boston Record 2014) donde este último vuelve a vestir los teclados de piano acústico.

                                             Ranjit Barot
                                                               © Sergio Cabanillas, 2016

Con “Call And Answer” (Now Here This 2012) nos enfrentamos a un poderoso jazz-rock donde la solidez del grupo permite una conjunción en los relevos tan precisos como incendiarios. Ambos enormes, Ranjit Barot y John Mclaughlin, donde éste, una vez más hace recorrer sus dedos a través del mástil con un virtuosismo que no parece haber perdido después de todos estos años. Aunque es Gary Husband quien brilla con luz propia, primero a los teclados y posteriormente a la batería en una intervención que podíamos considerar como un solo.

Con la composición “You Know, You Know” del primer trabajo de la Mahavishnu Orchestra, The Inner Mounting Flame e igualmente incluido en The Boston Record de 2014 finalizó un concierto memorable que permanecerá en la memoria de todos los asistentes durante largo tiempo.

Texto: © Enrique Farelo, 2016
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2016