lunes, 8 de diciembre de 2025

Ne Me Quitte Pas

 Ne Me Quitte Pas

Luz de invierno por la ventana penetra. Presagio de una mañana blanca y gris, los copos veo caer.

Tornábase la tarde plomiza. Fría es.

La soledad como compañera de vida, el lobo estepario de afligido corazón, rezuma dolor.

Maestro quise ser, maestro de niños. No pudo ser.

¡Maldita humillación coral infantil!

El patio de recreo como principio del fin.

Endemoniado y poseído por la epilepsia, devenir de un melancólico final.

No me abandonéis, nunca me abandonéis.

El giradiscos canta sin parar. Jacques Brel: “Ne Me Quitte Pas”.

Invadido por el miedo, la ansiedad y el vértigo, por el abismo me he de precipitar.

Ingrávida libertad, el sórdido grito rompe el silencio, el suelo por fin abracé.

De la vida, la última caída.

Paraguas encendidos en la noche duermen el día. En la calle triste desolación. 

Visiones del más allá, los niños se acercaron a mí, aquellos con los que en vida no me entendí.

Mi existencia cobró sentido. Por ellos viví y sin ellos me extinguí.

Mi naturaleza muerta es energía eterna.

El túnel de luz me llevará a renacer.

© Enrique Farelo, 2025

P.D. basado en un hecho verídico que me aconteció en esta vida, hace ya una vida. 

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