miércoles, 18 de diciembre de 2019

Mike Stern – Jeff Lorber Fusion Band with Dennis Chambers & Jimmy Haslip (JazzMadrid19 – Festival Internacional de Jazz de Madrid, Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, Madrid)


Por Enrique Farelo.

JazzMadrid19 – Festival Internacional de Jazz de Madrid.

Fecha: 13 de noviembre de 2019.
Lugar: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa – Sala Guirau. Madrid.
Grupo:
Mike Stern / Jeff Lorber Fusion Band with Dennis Chambers & Jimmy Haslip
Mike Stern: Guitarra eléctrica.
Jeff Lorber: teclados.
Jimmy Haslip: bajo eléctrico.
Dennis Chambers: batería.
Artista invitada:
Leni Stern: vocales, guitarra eléctrica y ngoni (laúd de siete cuerdas originario de Mali).
Mike-Stern-Jeff-Lorber-Fusion/Eleven
  
Sin reportaje gráfico por expreso deseo de los músicos, en su lugar el cartel promocional del disco.

Mike Stern es un laureado y mediático guitarrista nacido al abrigo de Miles Davis en los años 80. Seis veces nominado a los premios Grammy cuya carrera se ha ido desarrollando entre el jazz, el blues, el rock y la fusión y que atesora un buen puñado de discos como líder.

Con sus Fusion, Jeff Lorber ha recibido recientemente un premio Grammy por su último trabajo Prototype (Shanachie 2017). El teclista lleva en activo con su grupo desde el lejano año de 1977.

De esta guisa se presentan en Madrid con la intención de ofrecer su último trabajo, firmado al alimón, y con el apoyo de Jimmy Haslip y Dennis Chambers, todos ellos participantes en Eleven (Concord Jazz 2019) a excepción de éste último.

En cuanto a Jimmy Haslip es otro de esos músicos cuya fama le precede desde la fundación junto a Russell Ferrante del grupo de fusión Yellowjackets. El cuarto elemento es el batería Dennis Chambers considerado como uno de los mejores baterías del mundo desde hace tiempo. Sus colaboraciones al lado de prestigiosos músicos como John McLaughlin, John Scofield, Steely Dan, Carlos Santana o el grupo Niacin le avalan.

En cuando al concierto en si comenzó con unos pocos minutos de retraso algo que Mike Stern supo disculpar. Con lo primero con lo que nos topamos es con la presencia de la esposa del guitarrista, Leni Stern, toda una sorpresa ya que no aparecía en el programa del concierto.

Toda la participación de la alemana se centró en el tema con el que se inauguró el concierto. Una canción de carácter étnico que cantó con el acompañamiento de un instrumento procedente del país africano Mali, que lleva por nombre ngoni. El resto del grupo secundó a la artista. Por lo demás su actuación con la guitarra eléctrica puede considerarse meramente testimonial y poco relevante.

Todo lo contrario que su pareja. Mike Stern mostró sus mejores dotes como si de una estrella del rock se tratara. Su protagonismo y liderazgo emanó de su totémica guitarra con solos ardientes y duros lo que provocó que empleara demasiado tiempo en sí mismo en detrimento del resto de integrantes.

El guitarrista era el centro alrededor del cual giraba todo, marcando los tiempos y distribuyendo las interacciones con unos y con otros, ahora con Jeff Lorber, luego con Jimmy Haslip y posteriormente con Dennis Chambers o convirtiendo el grupo en un power trio. Si es cierto que Jeff Lorber tuvo mayor calado en sus intervenciones y transmutó sus teclados, como un alquimista, en piano acústico, piano eléctrico o incluso en un órgano Hammond B3 y lo hizo con soltura y mucho Groove; otros como es el caso de Dennis Chambers, “solo” pudieron mostrar sus mejores galas en el acompañamiento y marcando ritmo como metrónomo. Y es que se echó de menos una larga intervención en forma de solo que hubiera alegrado y complacido a los numerosos aficionados que abarrotaban la sala.

Algo más de fortuna tuvo Jimmy Haslip que sí pudo ofrecer lo mejor de sí en un solo robusto y acalambrado que hizo las delicias de un público entregado para la causa desde el inicio y que supo entender muy bien a qué habían ido y quién iban a ver.

Con un bis largamente solicitado terminó un concierto que alegró a la inmensa mayoría de los oyentes, y al que quizás le sobró algo de control, y le faltó cierta espontaneidad.

 Texto: © Enrique Farelo, 2019


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