El Rock, el Jazz, el Jazz-Rock y la Fusión para las nuevas
generaciones.
Lo que el Jazz toma del Rock, lo toma del jazz, pues el Rock
debe su existencia al Jazz.
Este viaje comienza hace muchos, muchos años, tantos que
parece que fue ayer. Corrían los años ‘60, cuando mi tierno cerebro comienza a
tomar conciencia por la música, que con el trascurrir del tiempo se convertiría
en afición de melómano. En aquel tiempo mis audiciones se limitaban a lo que
una emisora de AM emitía a través de la radio de lámparas, tan extendida en la
época. Así fui tomando gusto por lo que allí sonaba: Nino Bravo, Brincos,
Bravos, Pekenikes, Miguel Ríos, Karina (“la novia de todos”) o “la chica yeyé”
que no era otra que Conchita Velasco y un largo etc.
Quizás antes de todo esto y, de forma inconsciente rondara
mi mente el gusto por Nat King Cole, Luis Mariano, Gloria Laso o Antonio
Machín; por los boleros y el chachachá, al que tanta afición tenían mis
progenitores en tiempos ya lejanos. Pero fue en la década de los ‘70 cuando con
la aparición en mi vida de las emisoras de FM, y sobre todo de mi primer
tocadiscos (el famoso Bettor), y junto él, los vinilos de E.L.O. (“A New World
Record”), Eagles (“Hotel California”), Emerson, Lake & Palmer (“Trilogy”),
supuso un cambio de actitud con respecto al rock progresivo-sinfónico), y con
especial mención a un grupo cuya portada era una cajetilla de tabaco de la
marca Camel (nombre de la banda), compuesto por dos discos que según rezaba en
el encarte suponían su 1º y 2º trabajos; datos que no se correspondían con la
realidad , pues eran el 2º y 3º, “Mirage” y “The Snow Goose”.
Era el tiempo en que a los “enteraos” se le llamaba
“enrollaos”; hablaban de Música y de músicos, siempre descubriendo este o aquel
grupo, ¡Qué distinta filosofía a la que se práctica en la actualidad, en la que
sólo importa el “triunfo y el dinero”!. Después vino la desaparición del
progresivo y con él, un vacío que necesitaba llenar; entonces mi mirada se
centró en el sello Stop/Jazz (CFE) que no era otra que la distribución de los
discos de la casa alemana MPS (Joachim E. Berendt). En dicho sello pude
disfrutar de enormes vinilos como “New World” (Didier Lockwood), “Helen 12
Trees” (Charlie Mariano), ambos de jazz-rock, y otros de corte más clásico, de
be-bop como “Another Day” (Oscar Peterson), “Suite For Trio” (Martial Solal),
“A Day en Copenhagen” (Dexter Gordon), “Sunday Walk” (Jean Luc Ponty), “Trying
to Make Heaven my Home” (Bily Harper), “Live at the Berlin Jazz Days 1980” (Lee
Konitz & Martial Solal), “Tour Keys” (Solal, Konitz, Scofield,
Orsted-Pedersen), “Momentum” (Jimmy Raney) y por último “Chasin’ the Bird”
(Supersax) y “Sax No End” (Clarke-Boland Big Band), además de alguno que seguro
me dejo en el tintero. Por si eso fuera poco, además venían traducidos al
castellano y con una ficha coleccionable en el interior con información de
otros discos del artista y datos sobre el propio vinilo.
Tampoco puedo evitar mencionar discos como los del sello
Black Lion con maravillas como “Meets the Rhythm Section” de Stephane
Grappelli, “The Giants”, (Grappelli & Earl Hines), “Anthropology” (Don
Byas), “Hawk in Germany” (Coleman Hawkins & Bud Powel) ó “Silent Tongues”
(Cecil Taylor), entre otros. Igualmente llamaron mi atención otros sellos como
el mítico Pablo (en honor a Pablo Picasso), con discos como “The Trumpet Summit
meets the Oscar Peterson Big Four” de Dizzy Gillespie, Freddie Hubbard, Clark
Terry, Oscar Petreson, Ray Brown, Joe Pass y Bobby Durham; “Tivoli Gardens,
Copenhagen, Denmark” (Grappelli, Joe Pass y N.H.O.P.) o Impulse , que me
permitió conocer joyas como “Mysteries”, “Byablue”, “Forth Yawuh”, ó “Death and
the Flower”, todos ellos de Keith Jarrett. Mención aparte merece el magnífico
disco de Paul Gonzalves, “Cleopatra - Feelin’ Jazzy”, quizás no muy conocido,
pero lleno de sentimiento profundo.
En paralelo con estas referencias, circularon por mis oídos
grupos como Soft Machine, al que no supe entender en su día, demasiado complejo
y cerebral, y solistas como Kevin Ayers. Los primeros tomaron su nombre de una
novela de William Burroughs del mismo título con claras connotaciones sexuales
(Máquina suave). El grupo se formó a finales de los 60, con el “lunático”
Daevid Allen (años más tarde formaría Gong), Mike Ratledge y Robert Wyatt,
quien dejaría el grupo en 1971 (dos años más tarde sufrió un accidente en
Ibiza, al caer desde el balcón que le impidió de cintura para abajo) y
posteriormente lideró Matching Mole, publicando dos discos: “Matching Mole” y
“Little Red Record”; depués publicó “Rock Bottom”en el ‘74, álbum que pasa por
ser uno de los trabajos claves de la década. La música en los primeros discos
de Soft Machine, “Jet-Propelled Photographs” (disco del ‘67 que sirvió de
introducción y editado en el 2003 por Charly records) “Volume One” y “Volume
Two” se desarrolló por los caminos de la psicodelia propia de aquellos años,
pero es a partir de su “Third” cuando comienzan su andadura por el jazz,
incluyendo en su formación a músicos como Hugh Hooper o Elton Dean entre otros.
Del tercero hasta el séptimo sin desperdicio, sin olvidar su época jazz-rock
con la trilogía formada por “Bundles”, “Softs” y “Alive and Well: Recorded en
París”.
Sin salir de Inglaterra nos encontramos con la banda que ha
sido la influencia germinal de todos los grupos de jazz-rock no sólo de Europa
sino del mundo entero, según la enciclopedia de L. Feather: el grupo Nucleus,
liderado por el trompetista Ian Carr. Su carrera se desarrolló desde su debú
“Elastic Rock” del ‘70 hasta 1980 con “Awakening”, destacando en especial el
nombrado “Elastic Rock”, “We’ll Talk about it later”, “Solar Plexus” y
“Belladonna”. Nucleus fue también fábrica constante de excelentes músicos entre
los que podemos nombrar a los siguientes: Allan Holdsworth, Roy Babbington,
Brian Smith, Dave MacRae, Kart Jenkins, John Marshall, Chris Spedding o Jeff
Clyne; algunos de ellos sirvieron de constante intercambio con su banda hermana
Soft Machine. Para la revista Melody Maker fue el mejor grupo británico de
jazz-rock durante varios años. Corriere Della Sera (Milán) les señaló en su día
como “laboratorio y diccionario de jazz eléctrico europeo” ó citando a Down
Beat: “Ian Carr, un director de grupo europeo de la más alta estatura”.
Seguimos el viaje y esta ocasión no podemos perder de vista
y mucho menos de oído a un grupo alemán llamado Embryo, del que tuve
conocimiento al ser publicado en España su disco “We Keep On”, (“el del
huevo”), con un tal Charlie Mariano a los saxos. El grupo fue nació con
Christian Burchar (batería, percusión) y Edgar Hofmann (violín, saxo,
percusión); fueron y son miembros importantes de la banda: Roman Bunka
(guitarra, saz, bajo...) y Uwe Mullrich (bajo), entre otros. Fueron tristemente
conocidos en España tras ser invitados por instituto Goethe a una gira por
Marruecos, Portugal, Túnez y nuestro país, que suponía la presentación de su
último trabajo “Embryo’s Rache” (1971) donde se incluía un tema titulado”
España sí, Franco no”, por lo que fueron censurados. Sin embargo, otros sí
sabían apreciar su música y así lo expresaron: “Ese grupo alemán tan hippie,
donde Mal Waldron solía tocar; están haciendo cosas interesantes. ¿Sabes tío?
Buenos músicos, creativos, que simplemente tocan buena mierda” Miles Davis,
Barcelona 1975. Para terminar con esta formación, sólo comentaré que siempre me
parecieron y me parecen una de las grandes bandas de fusión étnica, jazz y rock
que han existido y existen, pues siguen en activo.
Pero ya que hablamos de Miles, es impensable argumentar nada
sobre la fusión si no señalamos que él fue el verdadero creador de este estilo
con un disco “In a Silence Way” (1969) y, sobre todo, como piedra angular su
obra “Bitches Brew” (1969). Este trabajo sirvió como punto de partida para
creación de grandes combos de la fusión en EEUU; “Weather Report” (Joe
Zawinul-Wayne Shorter), “I sing the Body Electric” (’71), “Sweetnighter” (’73),
“Tales Spinnin’” (’75), “Mysterious Traveller” (’74) y “Black Market” (‘76) no
tienen desperdicio. Destacando igualmente Return to Forever (Chick Corea), cuyos
discos “Return to Forever” (‘72), “Where have I Known you Before” (’74),
Romantic Warrior (’76), han conseguido hacerse un hueco en la historia del
jazz-rock. La Mahavishnu Orchestra de John McLaughlin es igualmente
representativa, con obras esenciales como “The Inner Mouting Flame” (‘71),
“Birds of Fire” (‘72) en el que se incluye el mejor solo de batería que jamás
he escuchado en el tema “One Word” a cargo de Billy Cobham; “Between
Nothingness & Eternity” en directo (‘73) o el “Apocalypse” (‘74) con la London
Symphony Orchestra dirigida por Michael Tilson Thomas.
Quizás menos conocidos por su faceta dentro del jazz-rock
sean “Chicago Transit Authority” y su hermano “Blood, Sweat & Tears”,
pequeñas orquestas de rock arropadas por instrumentos de viento en clave
jazzistica. Imposible me parece omitir a un genio como Franz Zappa con discos
como “Waka / Jawaka” (1972) y Grand Wazoo (1972). Interpretado por Pierre
Boulez, tocó todos los palos en vida: contemporánea, jazz, blues, rock, siempre
con grandes dosis de humor ácido. Destacables igualmente en la actualidad,
Medeski, Martin y Wood; y los muy poco conocidos Wingnut (con un más que
interesante álbum, Color de 2000) de la escena de neoyorkina.
El siguiente paso en el largo peregrinaje de mi afición
musical se produce a finales de los 70; en un viaje de regreso a Madrid en
tren, donde pude conocer a un compañero de mi padre, el cual me introdujo en el
desconocido para mí sello ECM de Manfred Eicher. En dicho tránsito fuimos
degustando la música de un tal Jan Garbarek (“Photo with...” del ‘79) del que
ya no tuve más noticias hasta la publicación en España del vinilo, el cual
compré sin saber si era ó no el mismo disco solo basándome en la intuición y
acertando de pleno. Y en el mismo ECM, otro de los artistas que más me fascinan
y del que no puedo dejar de hablar es el noruego Terje Rypdal con un buen
puñado de CD’s de interés entre los que destaco los siguientes: “Odyssey” (‘75)
del que en un principio pensé que se refería a algún grupo progresivo alemán, cuando
en realidad era uno de sus mejores discos sino el mejor. El vinilo en formato
doble incluía un tema fantástico no aparecido en CD titulado “Rolling Stone”
(23 minutos y 48 segundos de duración); dicho tema se puede encontrar como
single, aunque no aparecido en nuestro país. También cabe destacar en su
discografía “The Singles Collection” (‘89), “Blue” (‘86), “Descendre” (‘79),
“Waves” (‘77), “What Comes After” (‘73) y dos joyas grabadas conjuntamente con
Jack DeJohnette y Miroslav Vitous en el ‘78 y el ‘81: “Rypdal, Vitous,
DeJohnette” y “To be Continued”.
Por aquellos años ‘80 también descubrí a grupos como los
ingleses Azimuth (no confundir con los brasileños del mismo nombre), formado
por John Taylor (piano, órgano), Norma Winstone (voz) y el canadiense Kenny
Wheeler, (trompeta). Destacan sus obras “Azimuth” (‘77), con Ralph Towner, “The
Touchstone” (‘78) y “Départ” (‘79). Música llena de poesía atmosférica,
minimalismo y paz a partes iguales; un trío de puro arte y belleza.
Ya “sólo” me resta hablaros de otra de mis bandas favoritas,
me refiero a Oregon, creada en Estados Unidos en 1971 con Ralph Towner
(guitarra y piano), Collin Walcott (tabla, percusión, sitar...), Glenn Moore
(bajo, violín, flauta...) y Paul McCandless (oboe, flauta, bajo, clarinete,
soprano...); todos ellos nacidos en el seno del Winter Consort de Paul Winter
(“Icarus”, 1971), que años más tarde se convertiría en uno de los “gurús” de la
llamada “New Age”. El propio Towner dijo en alguna ocasión no saber bien a
quién le debe más, si al Jazz o a la tradición clasicista europea. Su música se
basa en la improvisación, en el Folk sobre todo de la India (muy distante sin
embargo de lo que hiciera el grupo Shakti de John McLaughlin). En 1983 fichan
por el sello ECM apostando por una instrumentación más eléctrica. En 1984
“Crossing” supone un punto de inflexión en su carrera, pues muere en accidente
de coche su percusionista Collin Walcott una vez finalizada la grabación. En
ese momento, el percusionista hindú Trilok Gurtu (del que siempre se dijo sería
el sustituto ideal, en caso de faltar Walcott) entra a formar parte del grupo.
De su discografía yo destacaría todo lo grabado para Vanguard es decir: “Music
of Another Present Era” (‘72), “Distant Hills” (‘73), “Winter Light” (‘74),
“Friends” (‘77), “Together” (77), grabado con Elvin Jones, “Violin” (‘77) con
Zbigniew Seifert e “In performance” (‘79).
Valgan las delicias de Oregon como epílogo a esta pequeña
historia de un aficionado a la Música que sólo ha pretendido exponer lo que
sabe lo mejor posible, esperando sirva de sendero introductorio a quien lea
estas líneas como me ha servido a mí.
La Música no se marchita, marchita nace la musiquilla para
no perdurar.
© Enrique Farelo, 2004.
Enrique Farelo dirige y presenta “Alquimia” en Radio Rivas
95.4 FM, Madrid. http://www.audio.ya.com/radiorivas
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