ORNETTE COLEMAN
XXIV Festival de Jazz de Madrid 2007
Fecha: 11 de noviembre de 2007.
Lugar: Centro Cultural de la Villa (Madrid).
Componentes:
Ornette Coleman: saxo alto, trompeta y violín
Tony Falanga: contrabajo con arco
Al McDowell: bajo eléctrico
Charnett Moffett: bajo acústico, pedales y efectos
Denardo Coleman: batería
Comentario: Resulta toda una responsabilidad para este
humilde escribano tener que “juzgar” a Ornette Coleman, el casi octogenario
creador del free jazz, uno de los músicos de los más influyentes de la historia
del jazz.
El concierto se abrió con la interpretación de “Following
The Sound”, que sonó sucio y vertiginoso, y en el que Ornette Coleman utilizó
su saxo alto, que en menor medida alternó con la trompeta y el violín. Este
primer tema, incluido en su disco Sound Grammar, grabado en directo en 2006,
marcó el devenir del concierto.
Esperaba mucho
menos de Ornette Coleman dada su avanzada edad; sin embargo demostró que aún
tiene pulmones para dar vida a su desgarrador saxofón. Su música sigue los
parámetros del free jazz, pero hoy suena más accesible que en los años
cincuenta o sesenta. Su grupo es un pentágono cuyo vértice más sobresaliente es
él mismo, y en el que el contrabajo de Tony Falanga se viste de violonchelo
para representar la parte melódica, Charnett Moffett es la contundencia, la
disonancia, los efectos y los pedales, mientras que Al McDowell es el tímido
omnipresente de las mil y una notas. Por su parte, su hijo Denardo Coleman
aporta un toque de funk, tan sutil como rápido y efectivo.
Free funk lo
definen algunos críticos, pero Ornette Coleman prefiere llamarlo harmolodía, es
decir, la conjunción de la armonía, la melodía y el ritmo.
El gran mérito del
grupo es saber que la responsabilidad es de todos y de cada uno, no existiendo
un líder, ya que líderes son todos: lo único importante es el resultado final,
y este no es otro, que la música.
Con el tema “Bach”
alcanzamos uno de los momentos más brillantes y certeros de toda noche. El
contrabajo con arco de Tony Falanga sonó como un lírico violonchelo, al que se
sumó el disonante y chirriante violín de Ornette Coleman en un crescendo que
terminó convirtiendo la pieza en una especie de free barroco, que el propio
Ornette, ahora con su saxo alto, disolvió haciéndolo irreconocible. Con “Song
X” se llegó casi al final del concierto, pero el público, callado y absorto a
lo largo de la noche, irrumpió en
aplausos tan sonoros como respetuosos, lo que obligó a tocar el bis
programado, “Lonely Woman”, de su célebre disco The Shape Of Jazz To Come. Pero
al aficionado no le parecía suficiente y quería más, lo que obligó a Ornette a
volver salir para interpretar un tema no incluido en el programa, que hizo que
el público le volviera a aclamar con pasión y máximo fervor.
Texto © 2007 Enrique Farelo
Fotos © 2007 Javier Nombela
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