...: FRANCISCO AINOZA SEMPÉRIZ: LA MÚSICA CLÁSICA HOY
Francisco Ainoza
Sampériz (Madrid, 1981)
Licenciado en Música, especialidad de Viola, por la Escola
Superior de Música de Catalunya. Ha sido miembro de la Joven Orquesta de la
Comunidad de Madrid y de la Joven Orquesta Nacional de España, entre otras.
Actualmente es miembro de la Orquesta de Cámara Isla de
Menorca y de la Fundación Magistralia. Ha colaborado con la Orquesta Nacional
de España, la Orquesta Sinfónica de Sevilla, la Orquesta Sinfónica de Barcelona
y Nacional de Catalunya, Camerata de la Escuela Superior de Música Creativa de
Madrid, etc.
En el presente realiza un postgrado en la Royal Akademie of
Music de Aahrus, Dinamarca, con el Profesor Emile Cantor, y colabora con la
Aarhus Symphony Orchestra.
Francisco es un músico con letras mayúsculas de los muchos
que permanecen en el anonimato, fuera de los focos de la popularidad, y cuyo
gran mérito radica en su amor a la Música y su trabajo duro a solas con su
instrumento: la viola.
Francisco conversa con Tomajazz acerca de sus impresiones
sobre la música de hoy. De siempre.
© Francisco Ainoza, 2007
FRANCISCO AINOZA: Mi madre fue la que me inició en el mundo
de la música cuando tenía 9 años. Por entonces yo cantaba con la Escolanía
Ntra. Sra. Del Recuerdo y el director de la escolanía le propuso a mi madre una
educación musical. Por entonces yo acataba las decisiones que venían de
“arriba”, pero una vez que fui descubriendo el placer de tocar con más gente,
mi decisión era cada vez más firme a seguir por este camino.
ENRIQUE FARELO: ¿Dónde comienzas a cursar tus estudios y
cómo los alternabas con los escolares?
FRANCISCO AINOZA: Hasta que entré en el Conservatorio
Superior de Salamanca estudié siempre en el Conservatorio Profesional “Joaquín
Turina” de Madrid. Fue una época dura porque iba al colegio por la mañana, para
más tarde ir directamente al conservatorio. Casi no había tiempo de estudiar,
pero poco a poco pude conseguir sacarlo todo adelante.
ENRIQUE FARELO: ¿Por qué te decides por la viola? ¿También
tocas el violín?
FRANCISCO AINOZA: Como dije fue mi madre quien me matriculó
en la especialidad de viola. Le aconsejaron este instrumento porque siempre
había plazas libres y resultaría sencillo poder entrar en el conservatorio.
Además mi madre pensó en un posible futuro profesional, y la viola parecía que
me podía ofrecer más oportunidades que el violín o el piano, que son siempre
más populares. El violín nunca lo he estudiado, aunque de vez en cuando cojo
alguno de mis compañeros para probar, puesto que la técnica es prácticamente la
misma.
ENRIQUE FARELO: ¿Qué obras y que músicos marcan tu infancia?
¿Cuáles son tus compositores favoritos?
FRANCISCO AINOZA: Sobre todo Vivaldi, Händel, Mozart y Bach.
Son compositores importantes para la enseñanza de un instrumentista porque te
aportan conocimiento técnico y musical. Desde luego que no sabría decir cuál es
mi favorito; Beethoven y Mahler entran también entre mis preferidos.
ENRIQUE FARELO: ¿Cuántas horas dedicabas en tus comienzos y
cuántas en la actualidad a ensayar con el instrumento?
FRANCISCO AINOZA: Sinceramente, en mis comienzos no mucho.
Era un poco vago y me saturaban tantas horas de clase en el colegio y el
conservatorio. Ahora desde luego estudio mucho más. Empiezo cada día con dos
horas de técnica y, para continuar entre dos y tres horas más, para las obras
que necesito ensayar para un concierto, un ensayo de orquesta etc.
ENRIQUE FARELO: ¿Cómo son los ensayos con una orquesta
sinfónica?
FRANCISCO AINOZA: Para mí siempre han sido como cuando un
niño se acuesta en la cama la Noche de Reyes y ansía el momento de abrir los
regalos. Cada vez que viene un programa nuevo con la orquesta siempre tengo
muchas ganas de ensayar. Se suele trabajar siempre con el mismo director, el
titular, y se lleva un ritmo y modo de trabajo que todo el mundo ya conoce.
Otras veces se invita a un director distinto, y la orquesta tiene que adaptarse
a un nuevo estilo y un punto de vista distinto de la música. Esto siempre es
importante y hace crecer a una orquesta. Hay que tener en cuenta que una
orquesta profesional tiene entre 3 y 4 días como máximo para montar un
programa, y que en muchas ocasiones son programas difíciles, de manera que el
trabajo siempre tiende a ser lo más práctico posible para que el día del concierto
todo salga perfecto. Por otra parte la orquesta es un organismo potencialmente
“democrático”, ya que, para que todos podamos tocar juntos y coordinadamente,
cada uno debe ser responsable de escuchar a los demás en cada momento, para
poder integrar adecuadamente su parte con la del resto de la orquesta.
ENRIQUE FARELO: Existen poses ortodoxas para tocar los
instrumentos. Hay músicos que no practican dicha ortodoxia y sin embargo
interpretan como virtuosos. ¿Pueden ser considerados como tales?
FRANCISCO AINOZA: Yo no lo llamaría ortodoxo, aunque sí
puede resultar en algún caso poco natural. Para mí un virtuoso es una persona
que ha conseguido encontrar una técnica solvente para con él y la música que
interpreta. Como me decía mi profesor: “como si quieres tocar haciendo el pino
y tocándote la nariz con el pie, pero toca”.
En los conservatorios se enseña a tocar de la manera más
natural y cómoda posible ya que para el cuerpo resulta fatigoso tocar muchas
horas, pero al final lo que importa es la música y cómo suena.
ENRIQUE FARELO: ¿Un músico es un compositor y ejecutante?
¿Un compositor o un ejecutante?
FRANCISCO AINOZA: Depende del contexto en el que se
encuentre. Un músico de orquesta, en la mayoría de las situaciones durante un
concierto, es más bien un ejecutante que lleva a la práctica instrumental las
ideas musicales del director, que es el intérprete. Si hace música de cámara yo
soy el intérprete y el ejecutante, pero nunca el compositor. La obra ya está
compuesta y el músico es el enlace entre el compositor, su obra, y el público.
Hay un libro muy interesante que habla sobre esto que recomiendo a todo músico:
El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin, de Alessandro Baricco.
ENRIQUE FARELO: ¿Qué porcentaje consideras que acude a los
conciertos de música clásica por verdadera afición y cuál por esnobismo?
FRANCISCO AINOZA: Nunca se puede llegar a saber, prefiero
pensar que hay gente que le interesa de verdad un concierto y que va con mente
y oídos abiertos, dispuestos a aprender y a disfrutar. Siempre ves a alguno que
se las da de listillo, pero es lo que hay. La música es de todos y no es de
nadie.
ENRIQUE FARELO: El jazz, el folk, la clásica o el rock
progresivo son estilos que no tienen la aceptación de los jóvenes, que
prefieren el pop-rock, el dance o la música latina. ¿A qué crees que es debido?
FRANCISCO AINOZA: Yo creo que esto no es correcto. Conozco
mucha gente joven que se interesa por el jazz, por el blues, el folk, las
músicas tradicionales, la clásica... Es muy relativo hablar de música buena y
mala, pero sí que es verdad, que hay una parte de la sociedad que sólo escucha
música con fines comerciales, perdiéndose otras muchas de buena calidad. Es un
tema complicado, pero creo que internet tendrá mucho que decir en esto en el
futuro.
© Francisco Ainoza, 2007
ENRIQUE FARELO: ¿El jazz, el rock progresivo, el folk, el
flamenco y otros estilos se les puede considerar Arte?
FRANCISCO AINOZA: La música es arte. Toda música es arte,
siempre y cuando comunique sentimientos y afectos humanos, que de otra manera
no podrían expresarse, sea en el estilo que sea.
ENRIQUE FARELO: ¿Qué obras y que músicos destacarías al
margen de la música clásica?
FRANCISCO AINOZA: Bob Dylan, Freddie Mercury, John Lennon,
Camarón, Joaquín Sabina... ¡diría tantos!
ENRIQUE FARELO: Por cierto, ya que hablamos de otras
músicas, ¿qué opinas de programas como Operación triunfo?
FRANCISCO AINOZA: Que enriquecen bolsillos, y no cerebros.
ENRIQUE FARELO: El mundo discográfico parece haber entrado
en una profunda crisis. ¿Cómo afecta esto a un músico clásico, si es que le
afecta?
FRANCISCO AINOZA: Hasta ahora he participado en algunas
grabaciones, pero no creo que nos afecte tanto como a otros. El músico clásico
no vive esencialmente de los discos que pueda vender, sino de sus conciertos,
de sus participaciones en orquestas, de su actividad docente...
ENRIQUE FARELO: En la música clásica es inusual la
utilización de instrumentos eléctricos, sin embargo en otros estilos es normal
su inclusión e incluso su combinación con los acústicos. ¿Quién domina un
instrumento acústico domina con cierta facilidad el eléctrico? ¿Cuál es tu
opinión?
FRANCISCO AINOZA: Las cualidades del sonido son totalmente
diferentes y se ha de saber qué diferencias hay para llevar esto a la práctica.
Yo podría tomar una viola o un violín eléctrico y tocarlo, pero tendría que
descubrir qué posibilidades me ofrece.
ENRIQUE FARELO: Músicos como John Williams, Maurice André,
Yo-Yo Ma, Yehudi Menuhin o Jean-Pierre Rampal han colaborado con músicos de
jazz o viceversa, Keith Jarrett, Wynton Marsalis o Mark Feldman han grabado o
graban obras de compositores clásicos. ¿Qué podrías comentarnos al respecto?
FRANCISCO AINOZA: Me parece lo más natural para un músico el
evolucionar con otras músicas diferentes. Al final un buen músico es un músico
completo, el que te puede ofrecer clásico, y al cabo de un rato un standard de
jazz, o flamenco. Yo estoy decidido a aprender flamenco, empezando por el cajón
que me fascina, y me podría morir muy tranquilo si consigo hacer un poco de
jazz algún día.
ENRIQUE FARELO: Si hoy día un músico compusiera como
Vivaldi, –pongamos por caso–, ¿sería considerado un artista o un artesano?
FRANCISCO AINOZA: Nadie compone como nadie. Si alguien se
propusiera imitar un estilo no creo que llegase muy lejos.
ENRIQUE FARELO: ¿La música cuanto más compleja es más
música, está más cercana al Arte que otras más sencillas? ¿El término música
culta es solo atribuible a la clásica?
FRANCISCO AINOZA: Eso es un tópico erróneo que se tiene
sobre la música clásica. Mozart es sencillez, y es perfecto. A día de hoy se
componen cosas muy complejas, algunas son verdaderas obras de arte y la gran
mayoría no valen para nada. ¿Música culta? Si con lo de “culta” te refieres a
culturalizar, pues para mí todas las músicas son cultas.
ENRIQUE FARELO: ¿Qué ha significado el fallecimiento de
Rostropovich para el mundo de la música clásica? ¿Se le puede considerar un
genio? o ¿los genios no se hacen, sino que nacen?
FRANCISCO AINOZA: Hombre, pues un golpe duro, porque era un
músico increíble que nunca dejó de tocar su violonchelo y que nos hacía felices
a muchos. No sé qué es un genio en los tiempos de ahora, pero desde luego que
para muchos fue una persona muy importante.
ENRIQUE FARELO: ¿Qué obras te gustaría interpretar y con qué
orquestas y directores?
FRANCISCO AINOZA: A ser posible todas, pero ando detrás de
poder tocar todas las Sinfonías de Mahler. Me encantaría tocar con la Orquesta
del Festival de Lucerne, pero entonces no sonaría tan bien, así que mejor
dejarla como está. Y por supuesto, pagaría por tocar bajo la dirección de
Claudio Abbado
ENRIQUE FARELO: Y por último ¿Cuáles son tus proyectos de
cara a un futuro?
FRANCISCO AINOZA: De momento terminar mi postgrado. Opositar
en España para profesor e intentar entrar en una orquesta de manera definitiva.
Crear un cuarteto, aprender flamenco... ¡Son tantas cosas!
Texto e ilustración: © Enrique Farelo,
Tomajazz, 2007
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