Fecha: 18 de Junio de 2005.
Lugar: Teatro del Bosque (Móstoles, Madrid).
Hora: 23:00
Asistencia: Tres cuartos de entrada
Componentes:
Biréli Lagrène: guitarra acústica solista
Franck Wolf: saxo soprano y tenor
Hono Winstertein: guitarra rítmica acústica
Diego Imbert: contrabajo
¡Django Vive!Tengo que reconocerlo, hace tiempo que
perdí la pista a este magnífico músico en el que ya casi no confiaba, pero
pronto dejé atrás mis dudas y a ritmo de swing, melodías, armonías y velocidad
de vértigo me olvidé de mis temores.
Las 23h 9’, ese es el comienzo de algo que parecía que no
iba a tener final; escalas, punteos, todo sin partitura, tocando lo difícil y
pareciendo fácil. Repartiendo entusiasmo y felicidad entre el público a cubos.
Biréli percute las cuerdas de su guitarra al rascar y nos
lleva a China (si es preciso) sin parar. ¡Qué stress!
Sin pausa, con mucha prisa y sin regresar hasta el
amanecer. Otra vez la velocidad sideral sí, pero con sentido y sentimiento. ¡Es
a mí a quien le duele la mano de verle tocar! ¡Es Arte! ¡Monstruo!, le gritan
desde las butacas, y él a lo suyo que es no parar de tocar. ¡Aquí ni las
baladas son lentas!
¡Señoras y señores muevan sus pies, bailen hasta
desfallecer!
Tengo que reconocer que jamás me impresionó tanto un
guitarrista en directo como Biréli.
Con todo también hubo momentos para alcanzar la madrugada
con paso elegante, con soltura y pasión y un poco menos acelerados.
Frank Wolf, ¡qué sorpresa monsieur! Al soprano ágil,
versátil, ¡qué pulmones! ¡Qué fraseo! ¡Qué técnica! ¡Qué conversación y, qué
velocidad, cómo no! Monsieur -Frank Wolf- toma el tenor para soplar
aterciopeladamente, para acompañar a su líder en hermosas baladas, demostrando
el dominio de sus saxos y que es un músico para recordar.
Hono Winstertein, el perfecto gregario-como si de ciclismo
se tratara- sudaba tinta para seguir el ritmo de Biréli. Excelente músico capaz
de no perder comba en ningún momento y aunque esto parezca fácil no lo crean,
hay que saber tocar y mucho para no desentonar y realizar una labor tan sorda
como importante, efectiva y bella.
Otro tanto podemos decir del bajista Diego Imbert, (más
enjuto que HonoWinstertein) que cumplió a la perfección el trabajo encomendado
sin desfallecer en momento alguno y que tuvo la oportunidad de lucirse en un más
que decoroso solo.
Buenos músicos todos ellos.
Después de todo he llegado a la firme convicción que
Biréli no existe, existe Django o… ¿Quién existe es Biréli y no Django?... vaya
lío.
Y para terminar un regalo final en forma de homenaje a Frank Sinatra (La Voz), y su "Fly
me to the Moon", versión cantada por el propio Biréli, que nos llevó en volandas hasta la luna y transformó el concierto en un sueño de realidades cumplidas.
Pero esto no podía terminar así y aun habría una última sorpresa. Una sorpresa que como en todas las buenas
historias sirven para dar el toque de distinción, ese algo inexplicable ofrecido a guitarra sin acompañamiento que nos deja sin
aliento, sin fuerzas, sin ánima para seguir aplaudiendo y vitoreando.
¡Bravo, bravo, tres bien, c’est magnifique!
Enrique
Farelo texto/Alkimia
Sergio Cabanillas fotos 2005
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