Fecha: 12 de abril de 2016
Lugar: Centro Cultural Conde Duque (Madrid)
Grupo:
Sylvie Courvoisier Trio
Sylvie Courvoisier: piano
Drew
Gress: contrabajo
Kenny
Wollesen: batería
Una de las más pujantes representantes de la libre
improvisación y de la música de vanguardia, la pianista suiza Sylvie
Courvoisier, ha pasado por Madrid dejando su sello de calidad apabullante para
gusto de los amantes de los sonidos más audaces, imprevisibles y emocionales.
Porque así es la propuesta de esta gran intérprete, capaz de generar constantes
interrogantes sonoras a las cuales es complejo encontrar una respuesta
puramente racional.
La prolífica pianista afincada en Nueva York atesora una
carrera llena de hitos creativos. En sus grabaciones y actuaciones cuenta con
la complicidad de lo más granado de la música creativa vanguardista, entre los
que destacan el contrabajista Drew Gress y el batería Kenny Wollesen.
Con un repertorio basado en el disco Double Windsor, última
grabación del trío, Sylvie Courvoisier ofreció un concierto excelso, lleno de
matices, interacciones y en el que quedó patente que sus lenguajes musicales
surgen de una inspiración que va más allá de los clichés.
“La Cigale” que abrió el recital, marcó la trayectoria del
concierto con un comienzo muy percusivo y ambicioso, pretendiendo acaparar todo
los espacios con aumentos y disminuciones de la intensidad. En todos los temas
siempre hay momentos en los que el trío parece abocarse hacia espacios
infinitos en los que el tiempo se detiene. Para ello aporta sugerentes sonidos
ambientales, recreaciones de atmósferas de corte minimalista, intrigantes y
siempre inspiradoras. Hubo reminiscencias del Ornette Coleman más libre,
menciones a Cecil Taylor y en algún momento se pudo apreciar una deconstrucción
del “Caravan”.
Las aportaciones del contrabajo y la batería fueron
arrolladoras. Drew Gress tiene un temple, un sentido el ritmo y una compostura
que emocionan. Por su parte, Kenny Wollesen es la elegancia que se desenvuelve
en un complejo entramado sonoro, con sutilidad, y espíritu colaborativo.
“Double Windsor” o “Pendulum”, otros temas interpretados,
dieron sobradamente la talla de un trío que no tiene límites. Es música
interpretada sin red ni paracaídas. Un concierto impecable.
Texto: © Carlos
Lara, 2016
Fotografías: ©
Enrique Farelo, 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario